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CADA SEMANA REFLEXIONAMOS JUNTOS EN TEMAS DE NUESTRA FE

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Si obedeces a Jehová tu Dios, y guardas diligentemente todos sus mandamientos que yo te mando hoy, Jehová tu Dios te exaltará sobre todas las naciones de la tierra; todas estas bendiciones vendrán sobre ti y te alcanzarán, si obedeces a Jehová tu Dios: Bendito serás en la ciudad, y bendito serás en el campo. Bendito sea el fruto de tu vientre, el fruto de tu tierra, y el fruto de tu ganado, y la cría de tu ganado, y la descendencia de tu rebaño. Bendito serás en tu entrar, y bendito en tu salir. El SEÑOR hará que tus enemigos que se levanten contra ti sean derrotados delante de ti. Deuteronomio 28:1-4, 6-7a

Estos versículos elaboran sobre la naturaleza de esas bendiciones, y son extensas, y tienen que ver con el éxito militar, el bienestar material, la generosidad agrícola y la fertilidad reproductiva. Tal lista de las bendiciones potenciales fomenta la obediencia al pacto. De hecho, Deuteronomio invita a la esperanza de que la obediencia conduce a una vida mejor. Otros libros del Antiguo Testamento abordan las preguntas obvias que surgen de tal perspectiva (Job y Eclesiastés), preguntas como “¿Por qué le pasan cosas malas a la gente buena?” En el Nuevo Testamento, Pablo alienta la obediencia (“Vivan su vida de una manera digna del evangelio de Cristo”) en el contexto de su enseñanza sobre el gozo experimentado en medio del sufrimiento (Filipenses 1:12-30).

Dios promete estar con los israelitas, bendiciendo cada aspecto de sus vidas con una sola condición: “Si guardares los mandamientos de Jehová tu Dios, y anduvieres en sus caminos” (Deut. 28:9). Recuerda un momento en que la presencia de Dios fue especialmente evidente en tu vida. ¿Coincidió con un tiempo en el que te esforzabas por “andar humildemente con tu Dios” (Miqueas 6, 8)